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Alcalde NY convierte en político acto dedicado comunidad criolla

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Por Ramón Mercedes |

Nueva York.- El encuentro que esta ciudad dedica tradicionalmente a la comunidad dominicana al Desfile de Manhattan, fue convertido por el alcalde Bill de Blasio en un acto político, al ceder todo el espacio a oficiales electos y funcionarios de la urbe, entre ellos dominicanos, anglosajones, afroamericanos, y relegando a un segundo plano a emblemáticos y valorados líderes comunitarios, representantes de organizaciones y clubes criollos, las reinas, así como a los directivos del evento nacional.

La actividad es dedicada a los criollos anualmente por el alcalde de turno, sin importar bandería política, credo, raza o religión, en esta oportunidad fue politizada, llegando al extremo de llamar a los directivos del desfile de último, quienes se negaron a subir a la tarima.

La directiva está compuesta por Ángela Fernández, presidente; María Lizardo, Rudy Fuertes, María Khury, Iván Domínguez, Estela Vásquez, Ramona Hernández, Henry Garrido, Bienvenido Fajardo, Silvio Torres Saillant, Wilton Cedeño, María Osorio, Berta Altagracia Matos y Chantal de Soto.

Decenas de dominicanos presentes en la actividad expresaban con disgusto su parecer sobre lo que sucedía: “El alcalde como siempre, haciendo de la suya contra la comunidad dominicana de aquí”; “mira eso, solo hablaron los políticos”; “es que él anda buscando la reelección y necesita el apoyo de ellos”; “esto es una actividad política”; “es que todos los años toma una actitud desafiante, arrogante y prepotente frente a nuestra comunidad”; “eso se llama burlarse de nosotros”.

Los únicos que hablaron en la actividad fueron el propio alcalde, su esposa Chirlane McCray, el congresista Charles Rangel y el recién electo candidato a congresista, el dominicano Adriano Espaillat.

El ejecutivo municipal solo mencionó a los políticos, entre ellos al asambleísta Guillermo Linares, y los concejales Ydanis Rodríguez, Julissa Ferreras, entre otros. Ni por cortesía hizo alusión sobre el brillante médico y líder comunitario por más de 30 años en la Metrópoli, Rafael Lantigua, ni por la destacada actriz criolla Celiné Toribio, quienes compartían el escenario sobre la tarima.

Por su parte, De Blasio expresó que en La Gran Manzana hay más dominicanos que en cualquier otro sitio y lo que esta comunidad ha hecho en esta urbe es un orgullo para él, además de tener varios empleados de origen dominicano, mencionando a Camilo y Peña Mora, y que hay personas que habían trillado el camino, no solo a nivel local, sino a nivel nacional, como es el caso de Adriano Espaillat que llegará a Washington como congresista.

Mientras que Rangel agradeció a la comunidad dominicana y que esta era la última vez que se dirigía a ella como congresista, que ayudará a Espaillat como legislador en Washington y lo introducirá para que sea el mejor congresista hispano en los Estados Unidos.

Dijo que de ahora en adelante puede ir como ciudadano civil a Punta Cana con su esposa para disfrutar de la belleza del país.

Espaillat, presentado por De Blasio, no como candidato sino como congresista electo, dio las gracias a Rangel y manifestó que “por nuestra independencia podemos conservar el nombre de dominicano, y al ritmo de güira, tambora y acordeón vamos a desfilar este domingo por la Quinta Avenida.

McCray, la esposa del alcalde, se fue en elogio sobre Espaillat, señalando que se siente orgullosa de compartir con la comunidad dominicana, además de manifestarle a De Blasio que ella quiere ir a la República Dominicana para disfrutar de las playas, ver y compartir con sus gentes, “porque sé que son bondadosos como los que residen aquí”.

Durante el desarrollo del acto (6:00 a 9:00 de la noche), cayó un rayo a las 6:14 próximo a la residencia oficial del alcalde, y varios de las más de mil personas presentes se espantaron, armándose un corre-corre 12 minutos más tarde hacia la gigantesca carpa debido a un fuerte aguacero.

Este año acudieron menos invitados, no se ofreció bufete, solo un pequeño brindis de bocadillos compuesto de pastelitos, pedacitos de casabe con relleno de carne de manera constante, las bebidas fueron variadas, entre ellas algunas criollas, y fue amenizado por con conjunto típico, además de sonar merengues y bachatas permanentemente.