Al intervenir en la instalación de un foro de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, la funcionaria recordó que la Agenda establecida en 2015 para erradicar la pobreza extrema y reducir las desigualdades tiene como principio el no dejar a nadie atrás.
Pero eso no está pasando en las escuelas, dijo Bokova, quien lamentó que más de 260 millones de niños, adolescentes y jóvenes estén fuera de las aulas, un fenómeno que afecta de manera abrumadora a los residentes en países pobres.
De acuerdo con la directora general de la Unesco, el objetivo de la Agenda de alcanzar una educación inclusiva y de calidad para 2030 guarda una estrecha relación con las otras 16 metas plasmadas en la ambiciosa plataforma de progreso humano.
Si le preguntamos a cada en familia en cualquier lugar del mundo o a cada niño y niña qué es lo que más necesitan, la respuesta es clara: educación, subrayó en el evento que reúne a ministros y diplomáticos de los cinco continentes.
Para Bokova, todos los gobiernos del mundo deberían colocar a la enseñanza como una prioridad, por su potencial impacto en la erradicación de la pobreza y la construcción de sociedades pacíficas.
El acceso a la educación pudiera reducir la pobreza en más de la mitad, precisó.
La directora general de la Unesco insistió en que la educación no constituye una opción, sino un derecho humano básico y el cimiento para el desarrollo inclusivo y sostenible.
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