Moda y Estilo
La ilustración, ¿una moda pasajera?
Con 26 años Lara Costafreda es ya uno de los nombres más importantes de la ilustración catalana en lo que a moda se refiere. ¿Quién se lo iba a decir a ella cuando suspendía dibujo en la BAU? A pesar de tener un don, aunque ella sostiene que todo se aprende, no lo explotó hasta que se fue de ‘erasmus’ a Brasil. Allí empezó a trabajar como ilustradora para la revista Marie Claire México. “Cuando volví de Brasil, iba dibujando y ganaba unos 50 euros al mes. Así que nada, me puse a trabajar para una empresa que hacía aplicaciones de móvil vinculadas al mundo cultural”, explica la joven.
Lara aprendió cómo buscar clientes y así, poco a poco, fue haciendo de sí misma una marca en el mundo de la moda, vendiendo sus dibujos a firmas como Chanel, Vogue, Fendi o Cartier. Uno de sus últimos trabajos ha sido para la firma Hermès, que instaló en el mes de mayo una ‘pop-up’, La Maison des Carrés‘, donde Lara dibujaba en acuarela sobre paipáis.
Instagram, cuna de ilustradores
Catapultados por las redes sociales, sobre todo Instagram, revistas y marcas de moda se renuevan con jóvenes talentos como Conrad Roset o Paula Bonet, dos de los grandes nombres de la ilustración catalana del momento. Berto Martínez, Sara Herranz o Ernesto Artillo son algunos de los ilustradores de esta generación, muchos apoyados por la Gunter Gallery de Madrid.
Moda efímera o no, tras el furor causado por Jordi Labanda, no se veía nada igual en España. “Sin duda en los años 50 la fotografía irrumpió en la moda desplazando cada vez mas a la ilustración. Quizás en los buenos tiempos, primera mitad del siglo XX, se dio un uso mas comercial a la ilustración. Pero yo creo que los grandes ilustradores de moda clásicos -Rene Gruau o Antonio López- siempre son revisitados “, señala Berto Ramírez, ilustrador de moda.
La ilustración ha resurgido cual ave Fénix y, ahora, desde Coca Colahasta marcas como Women Secret o Oysho la incluyen en sus proyectos. Pero no solo en España, a nivel mundial la ilustración en moda también vive su momento dulce con nombres como Laura Laine o Marcela Gutiérrez.
Del ‘boom’ a la realidad
El caso de Conrad Roset es uno de los más significativos, su fama es un trabajo de granitos de arena y de un talento innato para el dibujo. Sus colores y mujeres inspiraron a Lady Gaga en su último trabajo. Conrad, que vuela ya solo, empezó en Inditex y fue creciendo conCusto, Adidas, Nike, etc. “Uno de mis trabajos más gratificantes en el mundo de la moda ha sido mi colaboración con Nick Knight de ShowStudio, ilustrando la Fashion Week de Londres“, dice Conrad.
Por desgracia no todos son Conrad ni Lara, el ‘boom’ no corresponde a la realidad. “Hay más de 600 personas inscritas en la APIC,Asociación de Ilustradores de Catalunya, y solo un 30% vive de esto, aproximadamente”, reflexiona Lara sobre una encuesta aún no publicada. La ilustración española está en la cresta de la ola con unos 30 nombres, el resto no puede vivir de ello. “La gente dibuja brutal, pero no sabe comunicarlo”, señala como uno de los principales problemas.
Para Berto “toda tendencia gráfica tiene los días contados por la necesidad de renovación constante del mercado, pero sea cual sea su aspecto formal. Pero la ilustración mantendrá su presencia mientras haya una necesidad comunicativa por parte de la moda”, añade.
¿Qué buscan las marcas?
Cuando una marca de moda llama a la puerta de un ilustrador: ¿Qué busca? En el caso de Conrad, señala que él apuesta por colores vivos y en acuarela. “Le da ese toque fresco y orgánico que tanto le gusta a las marcas”, dice Roset.
Mientras que Berto señala que las revistas de moda le llaman como analista de tendencias, para describir indumentaria, retratar personajes o generar editoriales creando una alternativa a la fotografía. Por su parte, Lara tiene claro que ella vende Barcelona, el estilo romántico, con vegetación y selva, pero puede dejar su estilo para representar los valores que otra marca le pide.
Firmas como Costalamel, creada en el 2013 por Ernest Costafreda, hermano de Lara, nacen ya haciéndole un guiño a la ilustración. En su caso, venden camisetas estampadas y no les va nada mal. Su secreto está en la producción artesanal y en las ediciones especiales de camisetas ilustradas por Conrad o Paula Bonet.
Ernest tiene claro que para fijarse en alguien “los diseños tienen que tener una historia detrás, que no dibuje una rosa porque está de moda”. En su esencia se resume muy bien la de esta nueva cantera de ilustradores. “Cuando haces lo que te gusta es cuando das lo máximo de ti y es entonces cuando puede ser gratificante”, puntualiza Ernest.
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