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La Familia: ¡Nos quieren destruir!

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Por Manuel Díaz Aponte

¿Qué seria de la vida si la célula más importante de la sociedad es destruida, socavada y lanzada al precipicio?, como se está tejiendo e hilvanando progresivamente en la República Dominicana y otras latitudes del mundo.

El mensaje central de una conferencia dictada este domingo por el sicólogo y reverendo Manuel Guilamo en la Primera Iglesia Evangélica Dominicana de San Pedro de Macorís, reflexionó sobre el peligro de sepultar el tejido más trascendental de cualquier nación.

Sin familia no habrá instituciones organizadas y sin ellas es imposible conducir los destinos de un país.

Precisamente ha sido la familia la primera institución conocida en el universo y por ello todos debemos esforzarnos para evitar su eventual desaparición.

El pastor Guilamo exhortó a los presentes en el sagrado templo, donde fue presentado por la reverenda Geovanny Santana de Matos, a prestar atención a los contenidos cargados de violencia y sexo que exhiben muchos medios de comunicación y particularmente la televisión e Internet.

El coro de la iglesia interpretó de inmediato el emblemático himno y uno de los más hermosos de la himnología cristiana titulado “Bellas Palabras de Vida” y que reza:
Oh, cantádmelas otra vez, bellas palabras de vida
Hallo en ellas mi gozo y luz,
Bellas palabras de vida.
Sí de luz y vida; son sostén y guía.
¡Qué bellas son! ¡Qué bellas son!
Bellas palabras de vida.

¡Qué bellas son! ¡Qué bellas son!
Bellas palabras de vida.
Jesucristo a todos da, bellas palabras de vida;
Hoy escúchalas, pecador, bellas palabras de vida.
Bondadoso te salva, y al cielo te llama.
Grato el cántico sonará: bellas palabras de vida;
Tus pecados perdonará, bellas palabras de vida.
Sí, de luz y vida; son sostén y guía.
¡Qué bellas son! ¡Qué bellas son!
Bellas palabras de vida.

Las palabras y la música de este himno evangélico fueron compuestas en 1874 por Philip Bliss, primeramente apareció como Palabras de Vida, en 1874 en un periódico de la Escuela Dominical en Nueva York. Las palabras son un eco del mensaje de Jesús a sus discípulos: “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Juan 6:63. Y también la respuesta del apóstol Pedro, “… ¡Tú tienes palabras de vida eterna! Juan 6:68 up.

¿Por qué destruir la familia?

No es exclusivamente culpa de la complejidad del liberalismo sexual porque hay otros componentes como las drogas; el sistema económico, la explotación social y laboral, la falta de empleos entre los jóvenes, la corrupción administrativa desde el Estado que empobrece aún mas a la ciudadanía, la violencia callejera, desigualdad social, violencia de género, algunos contenidos difundidos en los medios de comunicación, la exclusión, en fin, todo un rosario de males que reducen significativamente los niveles de vida de la gente

El afán neoliberalista del poder al ver la contratación de un trabajador ya sea en el sector público o privado como un simple objeto y no como un componente humano fundamental en la creación de riquezas, de inteligencia, de desarrollo y expansión de la empresa está socavando los cimientos mismos de la sociedad de este siglo 21.

¿Por qué tantas injusticias e indolencias entre las mentes de las estructuras y jerarquizaciones de mando?

¿Por qué no reconocer las contribuciones, esfuerzos y sacrificios de los trabajadores y profesionales contratados por las instituciones?

Ahora se penaliza a los servidores del Estado que han dado sus vidas en empresas e instituciones públicas o privadas sacándolos de “prisa” de sus funciones bajo el alegato de suprimir cargos amparados en los nuevos esquemas operacionales.

Los déficits acumulados en la mayoría de esas entidades agravadas por manejos administrativos erróneos y particularmente por el cáncer de la corrupción, están siendo cargados sobre las espaldas de los trabajadores.

En el país se ha llegado hasta el colmo de desconocer derechos adquiridos que están bien estipulados en la legislación laboral o en la Ley No.41-08 de función pública y creación del Ministerio de Administración Pública (MAP).

Lo mismo ocurre en el sector privado donde hay empresarios que hasta se niegan pagar las prestaciones legales a sus trabajadores.

Ante la ausencia de instituciones sindicales creíbles el golpeo hacia el trabajador se hace más fácil, especialmente cuando los afectados no tienen mecanismos de autodefensa.

Neoliberalismo Vs. Violencia

El mundo ha pagado muy caro este sistema económico y político impuesto por el capitalismo actual, a quien el recordado Papa Juan Pablo Segundo, definió como “capitalismo salvaje”.

El mismo se tragó las principales empresas estatales para dar paso a una voraz corriente privatizadora y de lucro que solo ha llevado desaliento, desempleo, miseria y pobreza a la humanidad.

Consecuentemente en las grandes urbes ha florecido la delincuencia, asaltos y violencia generalizada que tiene como principales protagonistas a jóvenes de los barrios y campos marginados de América Latina y hasta de naciones del llamado primer mundo, a quienes el sistema lo ha condenado a vivir de los actos delincuenciales.

El odio y la desesperanza han arropado las vidas de los jóvenes de hoy, algunos de los cuales se integran a los movimientos más radicales como por ejemplo ISIS en el medio oriente buscando hacer justicia con sus propias manos.

El terrorismo islámico es una expresión también de la marginalidad, humillación, indiferencia, exclusión, intromisión y pobreza a que han sido sometido millones de seres humanos en el planeta. Por tanto, no se trata simplemente de una cuestión de fanatismo religioso, hay algo más en ese tétrico enclave que ha puesto de rodillas a las principales potencias del planeta.

Todavía surgen cuadros esclavistas esparcidos por el mundo como por ejemplo en las proximidades de la región del Amazonas en el nordeste de Brasil, donde recientemente se comprobó que hateros del lugar obligan a campesinos a trabajar sin ninguna remuneración.

Los marginados del mundo exclaman la venida de Dios en la tierra como única esperanza de alcanzar una vida donde se imponga la justicia y el respeto a la dignidad humana.

Artículo de Manuel Díaz Aponte

Lunes, 8 de mayo del 2017