Fue en la ciudad de Filadelfia donde los representantes de las 13 colonias norteamericanas que luchaban contra Gran Bretaña votaron unánimemente por la emancipación el 2 de julio de 1776, durante el Segundo Congreso Continental.
Dos días después, los delegados aprobaron la Declaración de Independencia, en la cual se proclamó que esos territorios se autodefinían como soberanos e independientes, y formaban una nueva nación, Estados Unidos.
‘Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad’, expresa el texto, que será leído en variados espacios este martes como parte de los festejos.
Las celebraciones por la fecha comenzaron al año siguiente, con discursos, oraciones, música, desfiles y revisiones de tropas en diferentes lugares del joven país, y con el paso del tiempo se arraigaron las tradiciones que en la actualidad forman parte indisoluble de la efeméride.
El principal atractivo para las personas de todas las edades suelen ser los fuegos artificiales que convocan a multitudes en las más grandes urbes o en pequeñas localidades.
Grandes concentraciones se esperan en espacios como la Explanada Nacional de esta capital; en las proximidades del East River, de Nueva York; en las del río Charles, de Boston; o en la bahía de San Francisco, donde ocurren algunos de los espectáculos más llamativos de la nación.
En esos y otros escenarios las fuerzas del orden combinarán la tecnología con variadas medidas de seguridad, que incluyen el despliegue de aviones teledirigidos para capturar las vistas aéreas de las multitudes, perros entrenados y equipos de detección de bombas, entre otras.
Características de esta fecha son también las barbacoas y cenas familiares, las competencias de comer sandía, las decoraciones con la bandera estadounidense en hogares, ropas o pasteles e, incluso, las salidas a cines para ver filmes alusivos a la fecha.
Pero más allá de todas estas actividades, algunos medios señalan que la efeméride provoca sentimientos encontrados entre minorías como los afrodescendientes e inmigrantes, ante eventos de violencia policial o las políticas migratorias del actual presidente, Donald Trump.
El 4 de julio es el día en que miles de extranjeros reciben su ciudadanía estadounidense, pero muchos activistas señalan los peligros que corren los 11 millones de indocumentados que se calculan en esta nación ante las medidas que promueven los aumentos de las deportaciones.
Fuente: Prensa Latina
0 comments