Científicos del Instituto Karolinska, en Suecia, señalan que a partir de los 60 años la esperanza de vida puede ser de dos años más respecto a individuos sin descendencia.
Publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health, el estudio, que duró hasta finales de 2014, controló la esperanza de vida en hombres (704.481) y mujeres (725.290) de 60 años en adelante, nacidos entre 1911 y 1925, que viviesen en Suecia.
Como parte de la metodología investigativa, los científicos recogieron diferentes datos, como el estado civil de los sujetos, número de hijos y sexo de los mismos.
Los resultados apuntaron que esa conexión es mayor cuando los padres envejecen, en consonancia con otros artículos que sugieren que la gente sin hijos se enfrenta a más carencias en el apoyo hacia el final de su vida.
En sus pesquisas, los autores calcularon el riesgo de mortalidad de forma específica para cada franja de edad y controlaron dicho valor año tras año, tanto en las personas que tenían al menos un hijo como en las que no, explican los especialistas.
Ese riesgo crecía a medida que aumentaba la edad de los sujetos, independientemente de que fuesen padres o no, detallan.
No obstante, tras tomar en cuenta otros factores como el nivel de educación de los sujetos, los científicos detectaron que el riesgo de muerte era menor en aquellas personas que tenían al menos un hijo.
(PL)
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